Atados al círculo, al régimen de atracción, apretado ofrece el lazo, la ligadura. La críptica dovela que intentamos remover para saltar, sustenta y ahoga. Secuestrados de la nada, tal vez la rueda de corte troquele nuestro aliento adherido. Desnudos no sobrevivimos.
Nada vale atar o desatar el obi.
Nada vale atar o desatar el obi.
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